Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

jueves, 7 de noviembre de 2013

PUZZLE QUEST

La idea de Bejeweled era tan simple como adictiva: unir elementos del mismo color de tres en tres (o cuatro en cuatro, o de cinco en cinco). Probablemente el éxito obtenido cogiera por sorpresa a sus creadores (PopCap, los de Zombies vs Plantas). Máxime teniendo en cuenta que la idea para nada era nueva. Quizás haya que remontarse a los tiempos en los que Sega dominaba el panorama de los videojuegos para encomtrar al antepasado más antiguo de esta mecánica; Columns, aquel que regalaban con tu Megadrive.

Infinite Interactive dotó al sencillo juego de PocCap de una mayor complejidad al crearle un envoltorio propio de los juegos de rol, con una banda sonora de esas que no puedes dejar de tararear aunque haga un rato que apagaste la consola, con un argumento fantástico-medieval bastante genérico y con una plantilla de personajes (también bastante genéricos) con habilidades diferentes.

Y esta fue quizás la novedad más llamativa: la inclusión de una especie de magias o poderes especiales que en cada personaje eran diferentes (fomentando la rejugabilidad) que gastaban el maná que obtenías al conseguir juntar tres o más baldosas del mismo color y que en más de una ocasión decantaban el combate a tu favor. Y he aquí otra novedad significativa: el juego se planteaba como un intercambio de golpes contra un adversario (CPU o amigo) en el que mediante turnos alternativos se va mermando la barra de vida del oponente con cada emparejamiento exitoso que se consiga. Así, por cada trío conseguido no solo consigues maná con el que dar el golpe de gracia a tu adversario, sino que además le quitas vida a su barra de energía.

Otro toque rolero que ameniza aún más las partidas es la adquisición de puntos con los que alcanzar nuevos niveles que desbloquean nuevas y más eficaces habilidades, poderes y magias, o la inclusión de monedas con las que comprar equipamiento típico de los juegos de rol (espadas, cascos, armaduras...) que te hacen más dificil de batir.

Al final, todo es un magnífico envoltorio que incita a seguir jugando a aquellos que se aburrían juntando colores por juntarlos en Bejeweled, para animar a quienes no ven interés alguno en jugar por ver si supera el record de puntos de la partida anterior. Para convertir una breve, simple y manida mecánica en un compromiso a largo plazo. Para parir un gran videojuego que quizás no haya obtenido el reconocimiento que merece.






Un video del gameplay, pero también en el que se aprecia su inolvidable banda sonora.




El trailer.




El tema principal.




La saga Bejeweled: la esencia, la idea en bruto, sin edulcorantes.




El pionero, el antepasado: Columns. Si, claro, influencia clara de Tetris. Eran los años en los que la competencia de Sega; Nintendo, explotaba los derechos de Tetris. Y le sacó beneficios. Acuérdate de la Game Boy.

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