Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

martes, 30 de abril de 2013

SLEEPING DOGS

Si cogieramos la saga Grand Theft Auto y cambiaramos Miami, San Francisco o Nueva York (las habituales) por Hong Kong nos saldría algo parecido a Sleeping Dogs. O Sleeping Dogs. Se que se trata de una comparación facilona, pero es que salta a la vista la clara inspiración, por no decir plagio, de la saga de Rockstar. Aunque hay que admitirle a esta gente que han conseguido sacar un producto bastante decente, más si tenemos en cuenta que los imitadores de los GTA se han contado en los últimos años a pares, y aún así rara vez se han alcanzado unos estandares dignos de calidad. Así que empezar diciendo que este Sleeping Dogs podría pasar por una expansión de un GTA quizás sea una alabanza, visto lo visto.

Se han esforzado por agregar elementos innovadores que doten a su producto de una identidad propia que lo distinga de los GTA. Pero "innovaciones" también plagiadas de otros títulos. Da la impresión de que han querido meter en este "sandbox" todo lo que les molaba de otros juegos populares. A saber...

Los combates cuerpo a cuerpo (regularcitos en los GTA) han sido sustancialmente mejorados tomando como base las aportaciones de los recientes Batman. A veces el juego se parece más a un Yakuza que a un GTA, tanto por la contundencia de los golpes como por la ambientación y el argumento.
También se han incluidos misiones claramente basadas en las persecuciones parkour por los tejados de Assassins Creed, o algunas misiones secundarias donde hay que desempeñar labores de investigación que recuerdan levemente a L.A. Noire. O un poquito de "bullet time" que te retrotrae a las partidas de Stranglehold. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, subida de nivel para adquirir selectivamente nuevas habilidades y movimientos...

Todo eso agregado a las típicas misiones secundarias y al coleccionismo de objetos inservibles diseminados por Hong Kong mas las fases de conducción con tiroteos al volante (también a pie, con la inclusión de las coberturas, por supuesto) da lugar a otro sandbox más de acción que nos cuenta otra historia de mafiosos (esta vez de tríadas). Pero esta vez disfrutable y bien hecho.

Sleeping Dogs es una especie de Frankestein hecho con retales de otros videojuegos que abarca mucho y aprieta lo suficiente. Un juego que podría haber sido otro verdadero desastre, otra burda imitación, pero que al final deja un buen sabor de boca, y la impresión, no se si errónea, de que se ha jugado a algo genuino.




Un trailer bastante ilustrativo de todo lo que te ofrece este Sleeping Dogs.

martes, 23 de abril de 2013

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS La Guerra del Norte

Vaya por delante que este El Señor de los Anillos La Guerra del Norte no es un mal juego. De hecho, probablemente sea el mejor que se haya hecho basado en el mundo de Tolkien. Aunque eso tampoco es que sea decir mucho, la verdad.

Puede que te lo vendan como un RPG-Action (rol y acción), pero la verdad es que tiene mucho más de lo segundo que de lo primero. Si a lo de dar hostias y tajos le quitamos su simplificadísima exploración, sus intrascendentes diálogos, su sencilla gestión de inventario y el ya casi obligado sistema de subida de niveles con su correspondiente árbol de habilidades, nos queda eso; un tour pasillero sin bifurcación alguna ni puzzles que te entretengan de lo que realmente importa; la lucha. Nada que objetar, conste. Aunque se echa de menos más variedad de movimientos y golpes y más complejidad en los combates.

Pero quizás te pase como a mi y su inmediatez, su sencillez y su coqueteo con el "leveleo" te animen a jugarlo hasta el final. O tal vez te disuadan de lo contrario su soso apartado gráfico (que feo, virgen), su repetitiva mecánica o su tópica historia y el típico dramatismo forzado propio de este género (el rol, no la acción).

Se trata de un juego entretenido, pero sin identidad, sin nada que destaque. No malo, pero si mediocre. Y la mediocridad, una vez más, en un título del señor de los anillos es sangrante. Más si tenemos en cuenta todo el trabajo que hay hecho (mitología, ambientación , diseño...) y que podría permitir a los desarrolladores centrarse en la jugabilidad, en hacer algo grande, a la altura de otras joyas del medio también ambientadas en mundos fantásticos medievales. Una pena que todavía nadie haya hecho un videojuego que haga honor a una saga que da para más. Para mucho más, ¿no?.





Este trailer quizas te abra el apetito.




Cortar, cortar, cortar...




Presentación de uno de los tres personajes disponibles. Lo de siempre; montaraz, elfa o enano.




El posterior Lego el Señor de los Anillos ha sido la última adaptación, hasta el momento, del mundo de Tolkien a los videojuegos. Dirigido a una audiencia más infantil.


martes, 9 de abril de 2013

THE WALKING DEAD

En los primeros compases de este Walking Dead a uno pueden parecerle excesivos los elogios que ha recibido de forma unánime por parte de la critica. Parece ser (y es) una de esas aventuras gráficas de las de hoy en día; menos puñetera con la exploración y los puzzles y más volcada en la narrativa, en la toma de decisiones (y como estas afectan al devenir de los futuros acontecimientos) y, por supuesto, QTE (quick time events –pulsar el botón indicado en pantalla a tiempo-). De la escuela de Fahrenheit, o Heavy Rain, por mencionar uno más popular y reciente.

Pero no pasa mucho tiempo hasta que te das cuenta porqué ha acumulado tantos premios en la reciente GDC Awards (premios entregados no por la crítica, sino por los desarrolladores profesionales); a la mejor narrativa, pero tambien entre los cinco primeros en las categorías de "juego del año" y "mejores descargables" (no se vende en formato físico).

Su estructura dividida en cinco capitulos no da respiro y es la primera vez que una aventura de este tipo, con permiso de Heavy Rain y del fundacional Alone in the dark, me transmite sensaciones de verdadero agobio, desasosiego y nerviosismo a los niveles del primer Resident Evil. Y sin dar tiros. Mucho más de lo que pueden decir los últimos Resident Evil o Silent Hill.

Y no solo lo consigue echándote a la cara hordas de no muertos que no cesan en su implacable persecución. Lo consigue haciendo un uso excelente del tiempo, casi siempre limitado, tanto a la hora de ejecutar acciones destinadas a huir, como a la hora de responder a los compañeros en las conversaciones. Normalmente te dan cuatro respuestas posibles y no mucho tiempo para elegir una de ellas, y casi siempre sabrás que digas lo que digas y hagas lo que hagas, las cosas que después ocurrirán estarán determinadas por tus decisiones y actos. Además, suelen suponer verdaderas encrucijadas morales del tipo de "¿ayudas a esa desconocida que está siendo atacada, o la aprovechas como distracción para saquear tranquilo una farmacia mientras los zombies están entretenidos con ella?". Mientras saqueas la farmacia sus gritos desde el exterior no paran... pero es que un compañero de tu grupo necesita mucho las medicinas...y hay muchos zombies...quizás hubiera sido un suicidio intentar ayudarla...

Con tanto shooter y juegos de hostias que hay hoy en día en el mercado, los jugadores de videojuegos habituales estamos acostumbrados a matar miles y miles de avatares poligonales sin despeinarnos, sin pensar, sin ponernos nerviosos, casi sin reparar en ello. Este Walking dead consigue transmitir dramatismo, tensión y miedo sin necesitar un motor gráfico de última generación ni escenas de acción plagadas de fuegos artificiales. Y todavía diré más; las escenas más repulsivas, inquietantes y perturbadoras que he visto en un videojuego han sido en Walking Dead, superando, y de largo, a la serie de televisión. The Walking Dead no es una aventura gráfica más, es un survival horror en toda regla. Puedes estar seguro.



Una de las escenas iniciales del juego. Preparate para adoptar a una niña.



El trailer del último capítulo. Ah, olvidé mencionarlo; está en perfecto inglés. Ni traducido ni doblado. Mola esa estética de dibujito animado, eh.

viernes, 5 de abril de 2013

CASTLEVANIA Lord Of Shadow

Hubo un tiempo en que la gente no elegía entre Microsoft o Sony. Hubo un tiempo en que la gente era de Sega o de Nintendo. Si alguna vez yo hubiera dudado (cosa que no sucedió nunca, la verdad), solo podría haber sido por dos títulos: o Zelda o Castlevania. Las dos únicas sagas exclusivas de Nintendo que verdaderamente me interesaron y nunca pude catar. La primera vez que puse mis zarpas sobre un Castlevania me llevé una terrible decepción; Lament of Innocence (PS2, 2003) era un producto mediocre que no estaba a la altura de la saga.

Así que este es el segundo Castlevania que juego en mi vida y puedo decir que los españoles de Mercury Steam han conseguido revalorizar la franquicia, gracias a unos altos valores de producción, propios de un triple A en toda regla. Desde el minuto uno se nota el respeto por los valores tradicionales de los Castlevania. Algo por otra parte inevitable, ya que Konami ha seguido muy de cerca el desarrollo de una de sus sagas emblema.

Tanto la banda sonora como su aspecto gráfico consiguen transmitir epicidad a esta trágica historia de uno de los personajes más famosos de los antiguos Castlevania (con final de impacto para los frikis de la saga). Si bien los combates no están a la altura de los pesos pesados del género, las plataformas son facilonas y la exploración me parece un poco forzada, lo cierto es que, en conjunto, el videojuego resulta atractivo a todos los niveles (audiovisual y jugable), con algunos momentazos que merecen la pena.