Desde luego, este Heavy Rain poco tiene que ver en su jugabilidad con las clásicas aventuras de principios de los noventa, basadas en el "point and click", manejadas con el puntero de un ratón y fundamentadas principalmente en la recolección de objetos para la posterior resolución de puzzles.
Aventuras cuyo principal reclamo siempre fue su guión, pero que la mayoría de las veces presentaba buenos e inteligentes puzzles con alguno que otro no tan brillante ni lógico.
Aunque es verdad que este tipo de aventuras siguen apareciendo de cuando en cuando y mantienen un reducido pero fiel nicho de seguidores, sobre todo en PC, lo cierto y verdad es que el género ha evolucionado en otra dirección últimamente.
El primer cambio significativo que notaremos en Heavy Rain es el control, que se basa fundamentalmente en los tan de moda "Quick Time Events". Todas las escenas comprometidas se juegan con pulsaciones rápidas de unos comandos indicados en pantalla en un limitado espacio de tiempo. Nada nuevo, en realidad; uno de los pioneros del género, (que hasta tuvo versión de recreativa en los memorables salones de juegos de nuestra infancia) Dragon´s Lair, ya hacía uso y abuso de ese tipo de jugabilidad, que no premia tanto la brillantez deductiva como los reflejos del jugador.
Entonces, ¿qué tiene este Heavy Rain de aventura gráfica?. Poco, la verdad. El peso del argumento, fases de exploración, algún que otro puzzle y las opciones de dialogo que permiten al jugador relacionarse con los personajes del juego de una forma u otra, cambiando significativamente el devenir de los acontecimientos.
Heavy Rain detesta la habitual lentitud del desarrollo de este tipo de juegos y pretende ser más cinematográfico, más inmediato, más dramático y más efectista. Y lo consigue.
Lo más destacable, sin duda, de este experimento, que sigue la estela de aquel Fahrenheit, (PS2, 2005) es su dramático guión (si eres padre lo sufrirás más), su opresiva ambientación (no volverás a ver los días nublados y lluviosos con los mismos ojos), su banda sonora, su impresionante apartado audiovisual y la rejugabilidad.
Esto último no tanto porque el juego sea muy divertido de jugar más allá de seguir su historia, sino por la gran cantidad de finales alternativos que hay en función de los actos, las decisiones y la habilidad del jugador.
Pero lo que hace que deje un gran sabor de boca es la absoluta certeza de que nunca has jugado a algo mínimamente parecido.
He leido por ahí que es un juego que no deja indiferente a nadie. O lo amas o lo odias. Sinceramente, si lo juegas completo y aceptas sus reglas, no creo que lo odies. Es más, creo que será uno de esos pocos juegos que recuerdas mucho tiempo después de haberlo jugado.
¿Hasta donde serías capaz de llegar para salvar a tus seres más queridos?. La respuesta, en Heavy Rain.
Los créditos del principio de la peli...digo, del juego.
La primera escena del juego ya te pone sobre aviso. Los pelos como escarpias. Y esto no ha hecho más que empezar.