Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

jueves, 26 de diciembre de 2013

REMEMBER ME

Remember Me en una aventura con grandes valores de producción (impresionante factura técnica) que parece pretender que lo recuerden por una jugabilidad diferente y original. Y por momentos lo consigue, pero solo por momentos. Porque la mayoría del tiempo te recordará a otros títulos en los que está claramente inspirado. Lo cual no tiene por que ser malo. Su límpida interfaz puede que te recuerde a Mirror´s Edge, su tratamiento y representación de la memoria como uno de los pilares del argumento  puede que te recuerde a Assassin´s Creed, su ambientación futurista en la que una megacorporación domina el destino de la gente de a pie gracias a la tecnología y a las mentiras puede que te recuerde a Deus Ex. Y su banda sonora te recordará, seguro, a los tres títulos anteriores. No son malas referencias, desde luego.

Pero la mayor parte del tiempo estarás pensando en Enslaved mientras juegas: la pasillera jugabilidad (tampoco tiene por que ser malo en sí) alterna momentos de plataformas para idiotas (salpicados de un poquito, pero muy poquito, de exploración inútil) con combates contra grupos de enemigos bastante más desafiantes y entretenidos. Pero en estas fases de acción no podrás evitar acordarte de Batman Arkham Asylum y su sistema de combate basado en combos y en el buen “timing” de golpes. Aquí se notan las ganas de la gente de Dontnod de innovar y aportar algo fresco con la creación personalizada de los golpes de los combos. Pero queda en algo anecdótico porque el juego en ningún momento te exige que te aprendas más de un par de ellos para ir tirando. Así que seguramente no lo harás, claro.

En fin, que vistas las referencias que inspiran a este Remember Me y el mimo que han puesto en todos y cada uno de los aspectos del juego, parece claro que no hace falta decir que es un buen juego que consigue divertir y cuyos argumento y narrativa consiguen que el jugador lo juegue hasta el final sin rechistar, obviando sus defectos. Pero de ahí a que sea recordado durante mucho tiempo...



El trailer.




La intro promete.

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