Y ahí reside el principal problema de este Demon´s Souls: la muerte. Cualquier jugador talludito no tiene miedo a morir una y mil veces en un videojuego para seguir adelante, para aprender de los errores, para averiguar que había más allá de donde perdió la vida la última vez, para hacerse cada vez mejor, para dominar el juego. Y esto se agradece mas si tenemos en cuenta el escaso número de juegos actuales que requieren un mínimo de concentración y destreza para ser superados. Pero no así. Demon´s Souls es injusto con el jugador la mayoría de las veces. Está bien ser exigente, pero no injusto. No es de recibo que planees cada paso, que pienses con que enemigo acabar primero, que te lleves un rato cambiando el equipo y preparando los objetos, para que de repente, sin previo aviso, una trampa o un enemigo más contundente de la cuenta te mande al otro barrio...y tengas que comenzar el nivel otra vez desde el principio. Eso no. Repetir media hora de juego otra vez para llegar al mismo sitio y seguir sin tener ni idea de cómo se puede vencer al de antes. Y volver a morir. Y volver a empezar. Hasta que a la décima se te ocurre algo y te das cuenta de cómo puedes eliminarlo. Eso es ensayo y error, y no está mal, siempre y cuando el error no se castigue de esa manera.
Demon´s Souls es un grandísimo juego con una ajustadísima y gratificante dificultad en los combates muy lastrado por una frustrante idea de diseño. Repetir una y otra vez el mismo nivel, los mismos combates, los mismos enemigos, la misma tensión, me parece un precio muy elevado por cometer un error. Y más a sabiendas de que cometerás muchos. A no ser que tengas muchísimo tiempo libre y no te importe invertirlo en lo mismo, que tengas mucha paciencia o que seas masoquista, echarás de menos algunos puntos de control para guardar partida y terminarás por abandonar un videojuego muy atractivo e interesante, pero muy injusto.
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