Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

lunes, 18 de febrero de 2013

COD MODERN WARFARE 3

Que si, que si, que los mismos adjetivos que se utilizaron en su día para el primer Modern Warfare (y para el segundo) sirven perfectamente para definir esta tercera entrega. Vibrante, espectacular, trepidante, que si no da respiro, que si una montaña rusa, que si corto pero intenso, que no le sobra nada, pero tampoco le falta...

Pero la verdad es que a mi el primer calificativo que se me ocurre es uno que ya se hace recurrente cada vez que juego a un shooter de última generación: redundante. Más de lo mismo. Para cuando acabes el primero de los tres actos puede que hasta estés decepcionado. El primer nivel se desarrolla en una Nueva York arrasada por el ejército enemigo entre rascacielos que se derrumban, explosiones y demás parafernalia que, siendo sinceros, pone en evidencia el ya anticuadito motor gráfico, (sobre todo en los escenarios interiores) y que la verdad es que estaría muy bien... si no fuese porque para Nueva York la de Crysis 2. La sensación de "deja vu" se acentúa en el último capitulo del primer acto (hacia las dos horas de partida más o menos) cuando tienes que infiltrarte (otra vez) siguiendo las ordenes del capitán Price (otra vez) en un campamento rebelde de chabolas... ¿te suena?.

A partir del segundo acto el juego remonta el vuelo con un puñado de momentos marca de la casa equiparables quizás a aquellos niveles en Prypiat o en el aeoropuerto. Al final te convence de que bueno, de que no estuvo tan mal, de que se han esforzado... de que en momentos puntuales (como el final del nivel de París o el de Londres) si se consigue alcanzar las expectativas que todo jugador amante del género y de la saga venía buscando. Pero también queda claro ya que la fórmula ha alcanzado su cénit y que aquí ya no hay más que ofrecer, que está todo el pescado vendido.


 
El trailer oficial.

Un gran juego, un gran trailer. La guerra en las puertas de tu casa.

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