Puede que te lo vendan como un RPG-Action (rol y acción), pero la verdad es que tiene mucho más de lo segundo que de lo primero. Si a lo de dar hostias y tajos le quitamos su simplificadísima exploración, sus intrascendentes diálogos, su sencilla gestión de inventario y el ya casi obligado sistema de subida de niveles con su correspondiente árbol de habilidades, nos queda eso; un tour pasillero sin bifurcación alguna ni puzzles que te entretengan de lo que realmente importa; la lucha. Nada que objetar, conste. Aunque se echa de menos más variedad de movimientos y golpes y más complejidad en los combates.
Pero quizás te pase como a mi y su inmediatez, su sencillez y su coqueteo con el "leveleo" te animen a jugarlo hasta el final. O tal vez te disuadan de lo contrario su soso apartado gráfico (que feo, virgen), su repetitiva mecánica o su tópica historia y el típico dramatismo forzado propio de este género (el rol, no la acción).
Se trata de un juego entretenido, pero sin identidad, sin nada que destaque. No malo, pero si mediocre. Y la mediocridad, una vez más, en un título del señor de los anillos es sangrante. Más si tenemos en cuenta todo el trabajo que hay hecho (mitología, ambientación , diseño...) y que podría permitir a los desarrolladores centrarse en la jugabilidad, en hacer algo grande, a la altura de otras joyas del medio también ambientadas en mundos fantásticos medievales. Una pena que todavía nadie haya hecho un videojuego que haga honor a una saga que da para más. Para mucho más, ¿no?.
Este trailer quizas te abra el apetito.
Cortar, cortar, cortar...
Presentación de uno de los tres personajes disponibles. Lo de siempre; montaraz, elfa o enano.
El posterior Lego el Señor de los Anillos ha sido la última adaptación, hasta el momento, del mundo de Tolkien a los videojuegos. Dirigido a una audiencia más infantil.
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