Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

martes, 9 de abril de 2013

THE WALKING DEAD

En los primeros compases de este Walking Dead a uno pueden parecerle excesivos los elogios que ha recibido de forma unánime por parte de la critica. Parece ser (y es) una de esas aventuras gráficas de las de hoy en día; menos puñetera con la exploración y los puzzles y más volcada en la narrativa, en la toma de decisiones (y como estas afectan al devenir de los futuros acontecimientos) y, por supuesto, QTE (quick time events –pulsar el botón indicado en pantalla a tiempo-). De la escuela de Fahrenheit, o Heavy Rain, por mencionar uno más popular y reciente.

Pero no pasa mucho tiempo hasta que te das cuenta porqué ha acumulado tantos premios en la reciente GDC Awards (premios entregados no por la crítica, sino por los desarrolladores profesionales); a la mejor narrativa, pero tambien entre los cinco primeros en las categorías de "juego del año" y "mejores descargables" (no se vende en formato físico).

Su estructura dividida en cinco capitulos no da respiro y es la primera vez que una aventura de este tipo, con permiso de Heavy Rain y del fundacional Alone in the dark, me transmite sensaciones de verdadero agobio, desasosiego y nerviosismo a los niveles del primer Resident Evil. Y sin dar tiros. Mucho más de lo que pueden decir los últimos Resident Evil o Silent Hill.

Y no solo lo consigue echándote a la cara hordas de no muertos que no cesan en su implacable persecución. Lo consigue haciendo un uso excelente del tiempo, casi siempre limitado, tanto a la hora de ejecutar acciones destinadas a huir, como a la hora de responder a los compañeros en las conversaciones. Normalmente te dan cuatro respuestas posibles y no mucho tiempo para elegir una de ellas, y casi siempre sabrás que digas lo que digas y hagas lo que hagas, las cosas que después ocurrirán estarán determinadas por tus decisiones y actos. Además, suelen suponer verdaderas encrucijadas morales del tipo de "¿ayudas a esa desconocida que está siendo atacada, o la aprovechas como distracción para saquear tranquilo una farmacia mientras los zombies están entretenidos con ella?". Mientras saqueas la farmacia sus gritos desde el exterior no paran... pero es que un compañero de tu grupo necesita mucho las medicinas...y hay muchos zombies...quizás hubiera sido un suicidio intentar ayudarla...

Con tanto shooter y juegos de hostias que hay hoy en día en el mercado, los jugadores de videojuegos habituales estamos acostumbrados a matar miles y miles de avatares poligonales sin despeinarnos, sin pensar, sin ponernos nerviosos, casi sin reparar en ello. Este Walking dead consigue transmitir dramatismo, tensión y miedo sin necesitar un motor gráfico de última generación ni escenas de acción plagadas de fuegos artificiales. Y todavía diré más; las escenas más repulsivas, inquietantes y perturbadoras que he visto en un videojuego han sido en Walking Dead, superando, y de largo, a la serie de televisión. The Walking Dead no es una aventura gráfica más, es un survival horror en toda regla. Puedes estar seguro.



Una de las escenas iniciales del juego. Preparate para adoptar a una niña.



El trailer del último capítulo. Ah, olvidé mencionarlo; está en perfecto inglés. Ni traducido ni doblado. Mola esa estética de dibujito animado, eh.

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