Aunque Dishonored puede ser jugado como un título de acción, lo cierto y verdad es que este enfoque no permitiría al jugador ni intuir una mínima parte de todas sus bondades. Dishonored es un juego de sigilo e infiltración que premia la exploración (con secretos, habilidades, nuevas rutas o detalles sobre el argumento y el contexto) y presenta unos niveles abiertos que permiten una gran variedad de resoluciones, a cada cual más satisfactoria. Pero también nos recuerda a los anteriores juegos en su ambientación; oscura y a veces hasta macabra, y en su narrativa, dejando retazos de su detalladísimo mundo en cada esquina, en cada conversación, en cada nota.
Un universo riquísimo, vasto y detallado, un diseño muy original e inconfundible y una mecánica jugable muy sólida basada en el sigilo y en la exploración son las bazas de Dishonored, una aventura con mayúsculas que tiene que ofrecer mucho más de lo que parece. Un videojuego digno de Bethesda. Con eso ya está todo dicho.
El trailer.
De gameplay.
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