La expansión, titulada "la hermandad" y ambientada en la Roma del renacimiento no fue más que eso; una expansión con alguna que otra acertada ideilla nueva, que todavía podía justificar su existencia.
Pero esta última entrega, ambientada en la Constantinopla del gran Suleiman, presenta ya una jugabilidad con signos de agotamiento que ni los altos valores de producción ni el excelente guión, (que mezcla las aventuras y desventuras de los dos carismáticos protagonistas anteriores -Altair y un Ezio en plena madurez-), pueden disimular por más tiempo.
Es menester que para la próxima entrega se revisen ciertos aspectos jugables, aunque ya es buena señal que se haya cambiado el contexto histórico donde se desarrollará; el viejo oeste americano en plena guerra civil.
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