Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

lunes, 3 de septiembre de 2012

UNCHARTED 3

Aunque Indiana Jones ha protagonizado más de un videojuego, ninguno es un referente del género aventurero. En los tiempos de la PS One fue Lara Croft quien le usurpó el trono. Pero desde los tiempos de la play 2 y aquel discutido y criticado "Angel of Darkness", y a pesar de la resurrección por obra y gracia de Crystal Dynamics con aquel "Legend", no había en el mundo de los videojuegos ningún aventurero comparable al bueno de Indi.
Hasta que llegó Nathan Drake, que ya en el primer Uncharted brilló con luz propia hasta el punto de ser lo más destacable en uno de los primeros notables del catalogo de PS3.
En Uncharted 2, para mi el mejor de la saga, todo era más grandioso, más ruidoso, más espectacular (acuérdense del apartado gráfico) y más épico (esa banda sonora).
Este Uncharted 3 es más de lo mismo, porque lo del 2 era sencillamente inmejorable, tanto en el apartado técnico como en el jugable.
Quizás por ello, la gente de Naughty Dog se haya centrado más en lo emotivo, con un acercamiento al pasado del protagonista y su mentor mediante flashbacks jugables que son la única mejora que podía hacérsele ya a la segunda parte.
Esta tercera parte no es mejor que la segunda, pero si igual de buena, que no es poco. Y no ha sido por comodidad, conformismo o dejadez, ha sido porque la segunda parte es realmente insuperable.


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