Pero a pesar de tantas similitudes sería un error, y un injusto acto de desprecio, afirmar que se trata de un "GTA en el Oeste", como se ha escrito por ahí.
Red Dead Redemption rebosa originalidad y personalidad desde el principio. De entrada, hay muy pocos juegos (cosa rara) ambientados en el "far west americano", y ninguno es un "sandbox" (mundo abierto, libertad de exploración). Y aunque a la saga GTA no se le pueda criticar precisamente su abandono del detalle, desde luego en Red Dead Redemption el detallismo es una obsesión y te transporta como ningún otro juego (ni película) a la América de principios del siglo XX, cuando los vaqueros del salvaje oeste empezaban a ver seriamente amenazada su forma de vida ante el imparable avance de la moderna Revolución Industrial.
Me atrevería incluso a afirmar que es una verdadera lección interactiva de historia que no se conforma con ofrecer tiroteos de calidad, un guión sencillamente inmejorable, unos personajes creíbles y singulares, una banda sonora que no podría adecuarse más a lo que vemos en pantalla, o una libertad absoluta para, incluso, sentarte en una hoguera a escuchar historias de otros pistoleros, jugar al póker, cazar para comerciar...o simplemente acometer las misiones principales una detrás de otra.
Pero jugar a este Red Dead Redemption sin perderse, aunque sea un par de ratos, por este vasto mundo creado con tanto mimo por la gente de Rockstar es desaprovechar el potencial de un título que no tiene, a dia de hoy, parangón en el mercado.
Ya estamos acostumbrados a los altos estándares de calidad de Rockstar, pero con RDR se han puesto el listón más alto que nunca para la ya anunciada entrega de GTA V.
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