Gamer desde los 10 añitos, cuando mis padres tuvieron a bien regalarnos a mi hermano y a mi un flamante Spectrum Sinclair ZX, comencé en esto con perlas como Phantomas, Phantis, Fred, Goody, Tracksuit Manager o jugando a los juegos de Fernando Martín, Aspar, Butragueño o Michel, mientras gastaba todas las monedas de cinco duros que me dejaban en recreativas como Double Dragón, Golden Axe, Final Fight, Knights of the Round, Los Simpson o las Tortugas Ninja. Cuando irrumpieron las consolas, me decanté por Sega y mientras soñaba con Streets of Rage, me tenia que "conformar" con Alex kidd, Sonic, Out Run, Wonderboy, Golden Axe (otra vez) o Asterix en mi venerable Master System. Finalmente di el salto a los 16 bits de la legendaria Megadrive, que me brindó momentos inolvidables con títulos de la talla de World of Illusion, el primer FIFA, Sensible Soccer, Super Mónaco GP, Rocket Knight, Street Fighter 2, Mortal Kombat, Golden Axe (mi debilidad) y los tres Streets of Rage, por supuesto. El paso de los sprites a los feos y toscos polígonos (y la adolescencia) me alejaron de los videojuegos hasta que mi hermana se compró una PS One y empecé a tener pesadillas con el primer Resident Evil y sueños húmedos con Lara Croft. Pero lo que me terminó de convencer de que había vuelto para quedarme fue el primer videojuego que consiguió conmoverme. Si. Final Fantasy VII. Desde entonces, mi pasión por los videojuegos aumenta cada día que pasa. Y que siga la fiesta. Press Start Button.

domingo, 26 de agosto de 2012

ASSASSIN´S CREED

Fecha: 15/4/2008
 
Hacía años que un juego no me decepcionaba tanto. El mejor del 2007, un cruce de Prince of Persia y Hitman... y otras cosas que he leído por ahí. Y como encima entra por los ojos, era imposible no comenzar este Assassins Creed con la ilusión de un niño. Pero al final, o mejor dicho, al principio, porque esto aburre desde el principio, se ha quedado todo en fuegos artificiales. Un apartado gráfico de aúpa, aunque con demasiadas ralentizaciones (que eso no lo he leído por ahí) que basa su potencial en mostrar impresionantes escenarios y tres ciudades medievales con total lujo de detalle. Hasta ahi todo cierto. Los problemas vienen cuando te toca coger el mando y ponerte y a jugar. Aburrido. Esa es la palabra. Ni siquiera vale decir que es repetitivo, que lo es, pero eso importa menos cuando al menos divierte y tiene aliciente en los primeros compases de la partida. Pero es que Assassins Creed es aburrido desde el principio. De entrada, demasiadas escenas cinemáticas que se empeñan en cortar el ritmo (por otra parte, escasito) constantemente. Y encima para contarte una insulsa historia sobre un insulso camarero del siglo XXI con cara de tonto, que es hasta complicada. Pero la sorpresa deviene cuando descubres que todo el juego va a ser como al principio, que no es que fuera lento y simple porque fuera un tutorial de iniciación, es que eso es lo que ofrece el juego. A saber; "súbete a una atalaya para que aparezcan en tu radar los puntos de interés". Podría ser fascinante esto de escalar si no fuera porque es casi automático, como casi todo en este juego; con solo pulsar el analógico hacia arriba, y de vez en cuando a derecha o izquierda, estarás arriba. Paso 2: "Ve a esos puntos de interés a recopilar información". Esto promete. Vamos a hacer de espías. Descorazonador cuando te das cuenta que el "espionaje" es ponerte cerca de un transeunte y esperar que acabe la conversación. O eso, o darle dos o tres golpes. Si te pillan los guardias haciendo algo malo, corre y escóndete....  pero siempre en los mismos lugares. Quizás sea más divertido enfrentarse a ellos, piensas, en un alarde de esperanza infinita, pero, otra vez piloto automático. Pulsa varias veces dos botones y problema resuelto. Podría seguir pero es absurdo. Este Assassins Creed entra por los ojos y hace que te apetezca realmente darle una oportunidad, pero al poco se descubre como un experiencia muy simple, aburrida, y en el fondo, poco interactiva. Ni siquiera la historia que cuenta, aunque fuese de calidad, podría sostener un producto tan simple y repetitivo.

15/04/09

Las de ahi arriba son las impresiones que me produjo Assassins Creed hace casi un año. Acabo de rejugarlo y terminarlo y la verdad es que me parece que hice demasiada sangre de un juego que no es  que sea la panacea ni lo mejor de lo mejor, pero que, la verdad, no es tan malo como me pareció en su momento. A ver, los defectos siguen ahí  y el de más peso, el que mas me decepcionó, es el de la poca interactividad con un mundo que rebosa vida, sigue pesando. Hay que reconocer que es todo demasiado sencillo. La exploración viene muy simplificada debido a los controles, casi automáticos (aunque en algunas fases del juego, como las persecuciones, se agradece tal simplificación). Las plataformas, idem. Los combates terminan reduciéndose siempre al contraataque, ya que no hay mas alternativas si no queremos salir mal parados (aunque hay que reconocer que terminan siendo gratificantes, gracias a esos ángulos de cámara). Lo del sigilo, flojo, la verdad. Pero lo peor es que te pintan el asesinato-objetivo como una misión abierta estilo Hitman, y después son mas lineales de lo que parece. Es como si te engañaran y da igual que afrontes el asesinato con dos o con seis pistas. Lo de las pistas clama al cielo. Solo hay cinco maneras de obtenerlas que se repiten demasiado, y algunas demasiado simples, pero las otras, hasta tontas, como las de escuchar sentado en un banco (pulsas L1 y triángulo y misión cumplida. Así, sin exagerar). Pocas maneras de jugar y de disfrutar de un mundo tan bien diseñado. Pero hay que reconocerle a este juego las virtudes que tiene, que no son pocas. Para empezar, en el anterior analisis ya reconocía la espectacularidad del apartado gráfico. Sumenle el excepcional doblaje y la buenisima, aunque casi ni se note, banda sonora (me encantó el tema de los créditos). Además, la historia no es tan insulsa como parecía y es de las pocas a las que le he aceptado que se queden abiertas. Al final, gracias a l magnífico trabajo de ambientación y a los grandes valores de producción, es un título que brinda una experiencia de juego satisfactoria. Al menos brinda momentos memorables (como escalar al último de los pináculos de una catedral gótica situada en plena Tierra Santa en la época de las Cruzadas). Dicen que es de sabios rectificar, y con mucho gusto lo haré. Lo reconozco, a pesar de sus defectos, Assassins Creed me gusta.

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